¿Uno por uno? ¡Todo! Así solía decir.
Jairo Aníbal Niño nació en Moniquirá en 1941, murió en Bogotá en 2010.
Es un poeta que a manera de lluvia o rocío, por los caminos de Colombia, sembró metáforas de ternura y recogió, en forma abundante el abrazo solidario de la amistad de los niños y de los jóvenes, de los adultos y de los ancianos.
Jairo sembró y sigue sembrando con su obra la idea de la ternura para lograr como paradoja el fortalecimiento de la existencia humana y la amistad.
Cuando en alguna conferencia, de las muchas que daba Jairo, en colegios, universidades o ferias del libro, un lector se le acercaba ya no leía sus libros, sino que lo podía leer a él, al poeta.
Podía leer en sus cabellos las nubes de septiembre, (nació el 5 de este mes) y los vientos de agosto, se fue con sus metáforas, poemas y cuentos el 30 de agosto. A manera de paradoja, Jairo nació en septiembre y murió en agosto. ¿Murió?
En su rostro podía disfrutar de todos los caminos que pasan por el tiempo y el abrazo recibido lo llenaba de amistad y de fraterna compañía. Jairo Aníbal era querido amistosamente por sus lectores, niños y adultos, él los quería también infinitamente.
No sólo sus libros, que son muchos, tienen la “alegría de querer” sino que Jairo comporta en ellos la pintura, la dramaturgia. Mejor dicho es “Puro Pueblo”, “Dalia y Zazir”, “De las alas caracolí” Igualmente, “Zoro” o “El golpe de estado”, “El monte calvo” y “Las bodas de lata”. Jairo sigue siendo a sus libros, como los libros siguen siendo a Jairo.
Así, son muchas las cosas que este poeta de la ternura nos ha enseñado. Pero sobresale una que quiero que mi lector la meta en su re-cordis, en su recuerdo: es esencial, inevitable pensar y actuar para los niños. Hacer didáctica para los niños, música para los niños, educación solidaria para los niños. Es que, como decía José Martí la niñez es la Edad de Oro.
¿Podemos pensar la solidaridad, la amistad sin pensar en los niños?
No, no debemos pensar y actuar la amistad sin incorporar a los que vienen forjando historias nuevas. Hay que incorporar a los niños y a los jóvenes.
¿De quién más depende el futuro de lo que será la nueva sociedad solidaria?
Pues de los que vienen en el futuro, porque a pesar del presente, hay quienes pensamos en el futuro de una sociedad mejor, sin las aberraciones del presente.
Vale la pena, entonces, una pequeña clase de matemática que, en la fórmula de Jairo Aníbal Niño, nos enseña a ser multiplicadores. Eso es lo que nos dice este bello poema a la amistad de Jairo Aníbal Niño.
Clase de matemática
¿Uno por uno?
Uno
¿Uno por dos?
¡Todo!
¿Todo?
Sí, si los dos
Se tienen cariño
Es que si los dos se tienen cariño Uno Por uno necesariamente será Todo. Si los dos no se tienen cariño corren el riesgo de que Uno por Uno sea un vacío infinito, simplemente Nada.
La propuesta es muy sencilla: hagamos que Uno no se sume a uno, hagamos que uno se integre a todos.