La música de la independencia, más específicamente La música de la independencia de Colombia o La música de la independencia colombiana, viene a nuestro interés cada año. Cada siete de agosto los colombianos celebramos la Independencia Nacional.
Es válido históricamente conmemorar este hecho y celebrar nuestro grandioso, prolongado e inevitable proceso de libertad, que aún continúa y que sigue configurándose como un constante grito de independencia.
La música en la guerra de independencia
Entre las múltiples variables históricas que nos llevan a comprender nuestro proceso de independencia está la música. En forma instrumental, en forma vocal, con el ritmo cadencioso de la danza y a contradanza, la música es un elemento sustancial en toda la vida del ser humano, en la guerra de independencia también lo fue.
Estudiada y documentada
El tema la música de la Independencia está documentado: Juana Salamanca Uribe, en su artículo Música para la Independencia, 2010, publicado en la Revista Credencial Historia, edición 250; José Rozo Contreras, en su reseña Contradanza histórica, Centro de Documentación Musical Biblioteca Nacional de Colombia; Armando Martínez Garnica, La Música de la Independencia; El magnífico estudio de Luis Antonio Escobar, La contradanza, nos ofrecen un panorama contemporáneo de la música de la Independencia.
No es toda la documentación, pero estos textos son fundamentales para curisear, conocer y amar la música de la Independencia.
Se destaca La Vencedora
Particularmente, en la música de la Independencia se destacan dos obras que nos han llegado hasta la contemporaneidad: La Vencedora y La Libertadora.
José Rozo Contreras, 1894-1976, compositor, director, arreglista y maestro reseña en CDM:
[…] La primera fue interpretada por el alférez José María Cancino, junto a cinco soldados en la Batalla de Boyacá. Esta pieza y otras tomadas de la misma época, pudieron recuperarse gracias a las transcripciones para guitarra que hizo María del Carmen Caycedo Jurado de Herrán (1818- ¿?) de algunas de las piezas más populares de las cuatro primeras décadas del siglo XIX. Entre ellas están La Vencedora, La Libertadora, Baile inglés, Baile de las cornetas, entre otras”.
En la reseña del Centro de Documentación Musical de la Biblioteca Nacional de Colombia, CDM, cuyo objeto es colectar, proteger y difundir el patrimonio documental musical colombiano leemos:
“[…] A través del proyecto Levantamiento digital de partituras, esta pieza fue editada y transcrita en el año 2006, por Miguel Ángel Arias, a partir del arreglo e instrumentación para banda de José Rozo Contreras. La partitura original, la general editada, y la de las partes editadas, así como la ficha técnica del proceso de edición y un fragmento de audio de la versión interpretada por la Banda Sinfónica Nacional, pueden consultarse a través de la Colección de partituras digitales colombianas, que reposa en la página web de la Biblioteca Nacional de Colombia, consultando el catálogo de la misma”.
Obra favorita de El Libertador
La Vencedora fue considerada como el primer himno nacional de Colombia. Fue danza favorita de El Libertador, junto a La Libertadora, escrita en homenaje a Bolívar a partir de su relación con Manuelita Saenz quien, a propósito, nos lleva al tema de las mujeres y la independencia.
Pero si de documentación se trata qué mejor que la ofrecida por el maestro Armando Martínez Garnica. Él, en 2009, publicó La Música de la época de la Independencia, en Artes y Literatura de la Revista de Santander. De allí capto un buen trozo que nos cronica de manera amable el asunto de qué se escuchaba, tocaba y bailaba hacia el periodo que inició nuestra lucha por la Independencia. Dice el maestro Martínez Garnica:
«El 28 de diciembre de 1818 nació, en la casa santafereña que estuvo alguna vez situada frente al Palacio de la Carrera, doña María del Carmen Caicedo Jurado.
Era la segunda hija del matrimonio formado hacía casi cuatro años por don Domingo Caicedo y Sanz de Santamaría, primogénito del acaudalado hacendado del Saldaña don Luis Caicedo, y por doña Juana Jurado Bertendona, una de las diez hijas que había traído de España el oidor Juan Jurado.
Pese a las vicisitudes que dejó la guerra libertadora, con la ruina de todas las haciendas, esta niña recibió una educación esmerada. Al fin y al cabo, se trataba de la hija de un general republicano que llegó a ser el último vicepresidente del fallido experimento colombiano, pero a la vez el primer granadino que pasó revista a las tropas conjuntas que hicieron posible el destierro de los oficiales venezolanos que acompañaron la aventura política del general Rafael Urdaneta cuando murió el Libertador.
Una de las actividades educativas aconsejadas para esta niña por su abuela materna –la sevillana doña Concepción Bertendona– antes de su partida hacia la isla de Cuba para acompañar a su marido, fue el aprendizaje de la guitarra española.
Los maestros de este instrumento musical disponibles en la capital durante la época en que esta niña contaba con diez años eran dos: don Mariano de la Hortúa (1792-1851), natural de la provincia del Socorro, y don Francisco Londoño (1800-1854), proveniente de la provincia de Antioquia.
Pobres de solemnidad, los músicos de este tiempo alternaban en las bandas de los regimientos de todos los bandos y en algunos casos daban clases a señoritas de familias acomodadas.
Uno de estos fue quien encabezó la primera página del cuadernito de pasta azul, en el que fueron dibujados pentagramas a mano en cada hoja, con la siguiente frase:
Música de Guitarra de mi Señora Doña Carmen Caycedo”.
Continúa diciendo el autor que esta es la fuente primaria conservada, de la música de la Independencia. En ella se hayan valses, pasodobles, bailes, marchas y bambucos, salvaguardados por el hijo menor de su propietaria don Pedro Antonio Herrán Caycedo, 1859-1891. Luego pasó a don Guillermo Hernandez de Alba y en la actualidad lo posee el Patronato Colombiano de Artes y Ciencias.
Inventario musical
Así podremos tener un inventario musical, tomado del mismo artículo del maestro Armando Martínez Garnica
Once Valses : “El Colegial, El Arias, El Filósofo caucano, El Ciego, El Retozo de los frailes, El aguinaldo, El clavel, El paje, El descontento, Los pollitos y uno sin nombre”.
Cinco contradanzas: La Negra, La Cojera, La Libertadora, La Florita y La Vencedora.
Dos pasodobles: El Pasodoble de las Cornetas y otro sin nombre.
Tres bailes:El Ondú, Baile inglés y Allegro.
Dos marchas: “Las marchas no tienen nombre y son dos, de las cuales una se tocaría con la 6ª en Re, y un bambuco titulado El Aguacerito completa las 24 piezas musicales del cuaderno”.
Hemos llegado al final de la respuesta a la pregunta ¿qué tipo de música constituía el paisaje cultural de la época de la Independencia?
Algo, creo, nos podemos llevar para la memoria de lo que hemos sido. Vamos, amigo lector, no deje de escuchar y danzar con La Libertadora.
Excelente artículo y excelente obra musical
Excelente artículo. Muy oportuno por estos días.