Carlos Castro Saavedra, Medellín 1924-1989, nuestro poeta espejo de la realidad colombiana del siglo veinte, forjó su gran amistad con Pablo Neruda. Se dieron la mano. Tanto que al no caber juntos en el Premio Nobel, Pablo se quedó con él.
Su obra, tan vasta desde Fusiles y luceros, 1946, Mi Llanto y Manolete, 1947, El elogio de los oficios contiene una realidad en la que se cruza la violencia con la necesidad de paz y con la condición de la amistad. Así, el poeta nos lo deja en sus versos.
El poeta escribió sobre la amistad. Buscó definirla e interpretarla de manera libertaria y solidaria. Así lo hizo:
AMISTAD
Amistad es lo mismo que una mano
que en otra mano apoya su fatiga
y siente que el cansancio se mitiga
y el camino se vuelve más humano.
El amigo sincero es el hermano
claro y elemental como la espiga,
como el pan, como el sol, como la hormiga
que confunde la miel con el verano.
Grande riqueza, dulce compañía
es la del ser que llega con el día
y aclara nuestras noches interiores.
Fuente de convivencia, de ternura,
es la amistad que crece y se madura
en medio de alegrías y dolores.
EL MUNDO POR DENTRO
Siento correr los ríos por mis venas
y crecer las estrellas en mi frente.
Siento que soy el mundo y que la gente,
habita mis pulmones y colmenas.
De flores tengo las entrañas llenas
y de peces la sangre, la corriente
que caudalosa y permanentemente
inunda mis canciones y mis penas.
Llevo por dentro el fuego que por fuera
dora los panes, seca la madera
y produce el incendio del verano.
Las aves hacen nidos en mi pelo,
crece hierba en mi piel, como en el suelo,
y galopan caballos en mi mano.
muy bueno
La amistad, en Pablo NerudaLa amistad, en José Martí