Vamos a clases

El mentor en la educación

Las relaciones docentes en la universidad se han limitado a funciones que tienen que ver, básicamente, con la enseñanza de carácter profesional. Nuestro joven estudiante, al ingresar a la Educación Superior, tendrá relación con los profesores de asignatura; con los directores de carrera y, en algunas oportunidades, con los decanos.

Las relaciones o contactos docentes con los profesores de asignatura o materia los realizan semanalmente en forma regular dentro de los horarios de clase. Estas relaciones se centran en la exposición de temas con fines de formación, actualización o, simplemente, instrucción.

El docente, luego de adelantar su programa en el tema correspondiente, deja los respectivos deberes o tareas: lecturas, problemas por resolver, laboratorios por realizar. El estudiante cumple con su tarea, presenta sus evaluaciones y al final obtiene una nota que lo habilita para continuar o no.

Las relaciones con los directores de carrera son menos frecuentes y se centran en asuntos que tienen que ver con procesos de matrícula, de figuración en listas de asistentes; luego en presentación de parciales o no. Es decir, en asuntos de administración educacional.

Los posibles contactos con los decanos son mínimos. Se limitan, en verdad, a posibles reuniones de carácter administrativo y procedimental.

Quedan, pues, una gran cantidad de factores educativos o de relaciones educativas sin alguien que las dirija, sirviendo de guía y ejemplo, teniendo una nueva relación ética por desarrollar.

El Mentor y la mentoría como posibilidad de relación docente

El Mentor no será un director de curso

El Director de curso ha sido una figura constituida en la Educación Básica y en la Educación Media. En forma homóloga, para suplir las diversas relaciones estudiantiles universitarias, se ha experimentado, en diversas formas, con esta institución en la Educación Superior.

Sus resultados no han sido los más satisfactorios. Realmente, ha sido un cargo decorativo, sin ninguna trascendencia educativa. Es una función más aunque, en algunos casos, se remunera.

Son varias las explicaciones que podemos dar para razonar sobre la ineficiencia educativa del director de curso. La primera es, precisamente, su connotación de director. Es decir, es una especie de jefe. Es alguien a quien hay que obedecer. ¿Obedecer en qué? y ésta es una segunda explicación: no se tienen claras las funciones y, de seguro, lo que menos se requiere en educación es la obediencia. Agreguemos a lo anterior que no siempre, para ese cargo, se escoge la persona adecuada.

El estudiante universitario no requiere, propiamente dicho, de un director de curso. No requiere un director. Seguramente lo que requiere es un mentor, es decir, un ejemplo de vida, un consejero, un sabio. Alguien que impulse una nueva ética, un nuevos ethos universitario

El mentor no será un tutor, no será un curo o cura

En la educación también ha existido, y existe, el tutor. Con mucha frecuencia recurrimos a este concepto, a esta institución.

¿Cuál es la principal función del tutor? Defender, amparar. Tueor, tueri significa eso, precisamente. El tutor defiende a su pupilo. Incluso la palabra pupilo es de frecuente escucha en las consabidas salas de profesores.

El tutor podría compararse con el curador, con el curo o cura, cuya función es cuidar. Pero es clara la diferencia: mientras que el cura cuida, el tutor defiende. Mientras que el cura busca capitalizar almas, el tutor defiende al pupilo, de la injusticia.

La relación universitaria de defensa del estudiante en relación con sus derechos es desempeñada en la universidad por instituciones diferentes que tienen que ver con el cogobierno universitario. La defensa de los derechos democráticos del estudiantado se logra mediante la organización social. Su forma más elevada lo es el Consejo Estudiantil.

El Mentor y la mentoría como institución universitaria

Es la persona y con ella la institución que reconoce la necesidad del establecimiento de nuevas relaciones éticas universitarias y educativas. Difieren esas relaciones, de las tradicionalmente planteadas para el director de curso, para el tutor, por el cura, incluso por el sicólogo, institución ésta que debe ser replanteada y sometida a investigación educativa.

Será el Mentor y la mentoría una nueva institución que, esencialmente, establezca, entre otras las siguientes relaciones educativas:

La instrucción para el desempeño del ejercicio universitario

 Que debe contener temas como: Historia de la Universidad, desde el medioevo hasta la actualidad y tanto en Europa, como en América Latina; historia de la institución; la legislación educativa nacional; estatutos, reglamentos y manuales de procedimiento y formatos que regulan la vida institucional universitaria; plan educativo institucional; políticas y principios universitarios; estructuras universitarias: académica, docente, administrativa y locativa; servicios universitarios.

Instrucción para el desempeño del ejercicio universitario

¿Cuáles son los principales vacíos de conocimiento y de fundamentación universitaria con los que el nuevo estudiante ingresa a la institución?

Son múltiples, complejos y variados. Pero tratando de agruparlos se pueden reconocer los que le posibilitan un verdadero desempeño y ejercicio institucional. Esos son los que la mentoría debe desarrollar.

Historia de la Universidad

Debemos reconocer la abrumadora ignorancia que la Comunidad Universitaria tiene sobre lo que ha sido la Universidad como institución que, surgida en la alta Edad Media, desarrollada con furor en el Renacimiento, cualificada en la Modernidad, es hoy insustituible en el proceso de formación superior. ¿Qué se sabe sobre este proceso?, ¿Qué nos enseña la historia de la Universidad?, ¿Cuáles fueron sus antecedentes?, ¿Qué la caracteriza hoy en el mundo?

Sin tener respuestas a estas preguntas el estudiante no puede ubicarse en el lugar en que está. Puede llamarse universitario pero, realmente, no puede ser un universitario.

La fundamentación propedéutica

O preparatoria para el estudio de la disciplina científica que el estudiante ha escogido. Debe tener un contenido relativo a las siguientes disciplinas: Matesiología, Gnoseología, Epistemología, lógica formal, Erística; Lingüística, Gramática, Retórica, Poética y Ecdótica.

Será en lo fundamental un maestro de la teoría del conocimiento que llevará, poco a poco, a los nuevos telémacos, (en la mitología griega el hijo de Odiseo y Penélope, fruto de la labor del mentor) a los nuevos emilios, (personaje proagónico de la novela de Juan Jacobo Rousseau, del mismo nombre) al adecuado desarrollo de sus ideas. A la formación y desarrollo de las ideas en el medio educativo.

Acerca del autor

Lizardo Carvajal Rodríguez

Escritor colombiano, autor de más de veinte títulos en las áreas de metodología de la investigación, teoría tecnológica, historia y clasificación de la ciencia, poética y teoría solidaria y cooperativa.

Docente universitario en la Universidad Libre y en la Universidad Santiago de Cali, por más de treinta años en áreas relacionadas con métodos de investigación, métodos de exposición, clasificación e historia de la ciencia.

Editor académico y científico de obras de autores universitarios, grupos de investigación e instituciones de nivel superior y de autores independientes en Colombia, a través del proyecto Poemia, su casa editorial, Colombia si tiene quien le escriba y promotor de las mesas de redacción como estrategia de producción de textos.

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