En el proceso de edición de una composición textual se requiere realizar lo que denominamos el análisis semántico.
¿En qué consiste el análisis ortográfico?
Consiste en poner a prueba el adecuado uso de los significados y significantes que el autor utiliza. Es, realmente, la confrontación entre lo que se dice con los signos utilizados en el lenguaje total del escritor.
La correcta utilización de las palabras es también un problema semántico. Es decir, perteneciente a la Semántica, ciencia que estudia el significado de las palabras o, mejor, de los signos lingüísticos en su movimiento histórico.
Son muchas las variables que concurren en el problema de la significación. Por ello, el análisis semántico está ligado, conexionado con métodos científicos que se integran a la Semántica. Es decir, no resultaría provechoso hacer, como diríamos, un análisis “puro” en términos de Semántica.
La primera conexión que debemos hacer es la conexión etimológica. Semántica y Etimología concurren para lograr la utilización perfecta de una palabra. El significado etimológico nos ayudará en la definición semántica para la utilización de un término.
La segunda variable o conexión científica es la relativa al proceso analógico. La Analogía, ciencia que nos permite ver la relación entre el objeto significado y el objeto significante, es un apoyo esencial para la definición semántica de un término.
La tercera variable es de carácter sociológico. Los términos tienen una utilización social e histórica y su corrección también depende de estas circunstancias. La Filología, como ciencia de la interpretación social e histórica del contenido del lenguaje es un auxiliar importantísimo en el análisis semántico, en el proceso editorial.
Finalmente, concurren los estudios comparados que nos permiten tener a nuestra disposición la riqueza de la sinonimia y de los antónimos. Estas diversas opciones o alternativas lingüísticas deben ser tenidas en cuenta en el análisis de semántica que el escritor o el auto-editor realice.
El análisis semántico, en autoedición de textos, relaciona las siguientes variables que le permitirán al redactor, al escritor, al revisor o corrector lograr un texto limpio y lindo, es decir, legítimo en cuanto semántica.
Acepciones
Las sociedades, histórica y sociológicamente, aceptan determinados significados para las palabras. Es el sentido que toman los términos o vocablos en un determinado momento histórico y en un determinado grupo social. Se refieren a conceptos, alcances, designaciones aceptadas.
Las acepciones nos permiten entendernos. Es el concepto al cual se le ha otorgado una significación y se acepta. De ahí acepción.
Sinónimos
Cuán importantes son los sinónimos en el proceso de composición y escritura de un texto. Ellos permiten hacer un texto más comprensible, más variado y divertido.
Esas palabras que se escriben en forma diferente pero que tienen, más o menos, el mismo significado son las que llamamos sinónimos. Ellas permiten evitar la repetición de vocablos o términos y darle un estilo más preciso y significativo.
Antónimos
Lo que no es algo, lo que no queremos decir, el contrario dialéctico de un concepto, paradójicamente, le permiten a un escrito aclarar la idea, hacerla más precisa. Eso se logra con los antónimos.
Estas son, pues, palabras que tienen entre sí significados contrarios. Son antónimos, por ejemplo, amor y odio, día y noche, recuerdo y olvido.
Homónimos
Son dos palabras que tienen la misma forma o pronunciación y la misma escritura, con un significado diferente. Son palabras que se escriben y se pronuncian igual, pero tienen diferente significado. La banca nacional está en quiebra, puede tener una expresión homónima con la banca está quebrada. La primera hace referencia l sistema financiero, la segunda se refiere a un mueble.
Parónimos
Nos hallamos con expresiones que tienen sonoridad similar, pero significado diferente. Es como cuando decimos o escribimos El Concejo municipal acordó nuevos impuestos y cuando escribimos o decimos le dio un consejo al ciervo para que trajera al siervo.
El análisis semántico de un texto, cuando editamos, es esencial para que este se constituya en un original publicable. Es una labor del editor o autoeditor.