Qué estudiante no ha utilizado la expresión o vocablo borrador para referirse a un escrito previo, que debe ser perfeccionado para, como se dice, tenerlo en limpio y así entregarlo al profesor. Esa es la expresión generalizada y la acepción para aquel escrito que se puede modificar antes de presentarse el original.
No me referiré en este artículo a la goma que se utiliza para eliminar imperfecciones en un dibujo o en un escrito. Tampoco me referiré al boceto que, generalmente, el pintor realiza imaginándose una obra.
Borrador de texto o reporte
Es el válido y usual utilizar la palabra borrador para ese escrito inicial con el que queremos expresar nuestro pensamiento. Sin embargo, en la labor especializada de composición de texto por parte de un reportero profesional (científico, académico, periodista) la acepción de borrador no es muy precisa ni exacta. No refleja lo que ese escrito es, realmente.
Por ello propongo que el designado borrador sea denominado, en labores de edición académica, científica o profesional reporte. Es decir el producto que produce en una primera fase inicial el reportero académico, científico o profesional.
Así que al informe inicial no le diríamos borrador sino reporte. Este lo entenderemos como el texto inicial que contiene una información producto del estudio o de la investigación.
El escrito que se compone para informar sobre un determinado tema pero que debe ser revisado, corregido, aumentado, complementado es más útil y preciso llamarlo reporte. Es decir informe sobre un determinado tema o lema.
De reporte al original
Teniendo un reporte el compositor o autor entenderá que posee un texto modificable que debe ser llevado a poseer unas propiedades de contenido, sintaxis, semántica, estilo y ortografía que le permitan llegar al destinatario en forma de óptima, cumpliendo condiciones de calidad y apropiación de requisitos heurísticos, hermeneúticos, lingüísticos e ideológicos y finalmente estéticos y de calidad comunicativa.
Para ello el reporte debe ser editado, es decir, sometido a todos los procesos indicados en el párrafo anterior o sea revisión del contenido, qué es lo que se dice, su veracidad; revisión de concordancia en las expresiones, es lo que llamamos sintaxis; revisión de los términos empleados, eso es la semántica; el uso adecuado de figuras literarias, es decir, el famosos e incomprendido estilo y, finalmente, la correcta forma de utilizar las palabras, los signos auxiliares, la puntuación, el uso de mayúsculas y minúscula, me refiero a la maltratada ortografía.
Luego de todo este proceso, ya no tenemos un borrador o como lo propongo un reporte. Ahora tenemos un escrito original, limpio y acrisolado, como diría la RAE, que puede ser entregado a un público, mejor dicho, publicado.
