Variedades contemporáneas

Altamira o el reino de la achira

Altamira o el reino de la achira
Altamira o el reino de la achira

¿Dónde queda Altamira o el reino de la achira? o mejor, dónde queda el reino del bizcocho de achira, ese delicioso bocado que mide unos 5 centímetros de largo y que alborota el gusto con su crocante música.

Pues ese reino queda en Altamira, bella población, en el departamento del Huila, a la que se llega luego de pasar por Garzón y la Jagua, cuando se va rumbo a Timaná, Pitalito y San Agustín en el Huila o cuando se orienta el rumbo hacia el Caquetá, si lo espera la insondable Florencia. Allí queda Altamira o el reino de la achira.
Allí se originó ese bocado que hoy recorre todos los caminos de Colombia y se exporta a varios países y deleita el gusto, tanto que mi nieta Lúa Purdy Carvajal, desde el Canadá, con su buen gusto y sus cinco años hizo un pedido internacional, le dijo a su papá: “Me traes dos mil achiras, cuando regreses”.
Altamira o el reino de la achira, se originó en una cocción. Dice la leyenda que el 14 de junio de 1850, Bernardo Vásquez, un muchacho irresponsable que iba detrás de unos conejos, prendió fuego a un matorral seco y que su imprudencia provocó un incendio que destruyó las viviendas de bahareque y paja construidas en el ya tradicional lugar del Boquerón, donde los andaquíes habían levantado sus aposentos, desde tiempos idos.

Altamira o el reino de la achira
Calle de parque principal. En tiempo pasado fue el lugar en que se ofrecía a los viajeros el bizcocho de achira.

En el Plan de Desarrollo de la Alcaldía de Altamira hallamos la siguiente consecuencia:
“Esta situación provocó entre los habitantes, la idea de trasladar el poblado, pasando de esa forma al sitio en el cual hoy se encuentra localizado el municipio de Altamira, pero conservando el mismo nombre de Boquerón.
Para ello, los habitantes del caserío adquirieron un lote por la suma de cuarenta y cinco pesos, en la parte alta del llano de Cuchazón siendo encargado de tal misión el señor Gabriel Calderón quien era propietario de la finca El Abrojo.
Otras personas que apoyaron la iniciativa fueron los señores Ramón Calderón, Bárbara Tovar, Elías Calderón, Tiberio Díaz y Elías Díaz.
El lote de terreno fue comprado a la señora Ana Joaquina de Escandón, en extensión de cinco hectárea, según escritura número 253 de 1851 y protocolizada el 14 de junio de 1892 en la notaria de Garzón, que pertenecía al Tolima, algunos señores no estaban de acuerdo con cambiar el sitio del poblado pero, sin embargo, se iniciaron las obras y se construyó la capilla de bahareque y techo de paja y las casas de los primeros habitantes siendo ellos Onorato Díaz, Gabriel Calderón, Aquileo Cabrera, Pacífica Montes, Juan Castaño, Tiberio Díaz y Bárbara Tovar”.
Altamira está ubicada en la planicie de Cuchazón. Tiene solamente cien hectáreas sembradas de achira, planta de la que se extrae el almidón con el cual se produce el bizcocho y otros productos como el bizcochuelo y la colada.
Cuando se llega a la planicie de Altamira, el Sol se precipita con más luz. Todo lo pone de un color blancuzco, lleno de imágenes y paisaje.


En La Variante de Altamira nos esperan los biscochos de achira. Antes nos esperaban en el parque. Ahora construyeron sus kioskos y debajo del ardiente clima, refrescado por la brisa y la voz amable de quienes los ofrecen al paladar, se encuentran los bizcochos a la espera del viajero.
Gladys Carvajal Lara, en artículo publicado en la web nos dice:
Altamira Huila produce el mejor bizcocho de harina de achira del mundo, siendo este su principal producto y ha logrado fama internacional, conservándose su receta tradicional y su cocción en horno de barro.
En todas partes dicen que los hombres de Altamira viven del bizcocho de sus mujeres, y tienen razón. Bernarda Vargas, Ligia de Ibarra, Rosario Vargas, Cecilia Muñoz, Stella Yusty son, apenas, una muestra de las 34 mujeres que lideran la producción artesanal del bizcocho de achira en este municipio del sur del departamento del Huila.
Son 34 bizcocherías alrededor de las cuales gira la economía de 2.500 altamireños, que genera más de 400 millones de pesos al mes y más de 250 empleos directos e indirectos.
Bien podría decirse que el bizcocho de achira es el producto típico de Altamira”. Que las achiras del Huila identifican este territorio de sol.

Altamira o el reino de la achira
Parque de Altamira

Su preparación no pertenece al dominio de la tecnología secreta, tampoco hay que rebuscarla en patentes complicadas. Como el pandebono, en el Valle del Cauca, es un producto de la Tecnología Libre. Eso sí, cada mujer que piensa y hace bizcocho, lo hace a su manera, le da su “toquecito”. Así son las mujeres.

Gladys Carvajal, en su artículo, nos lleva de la mano, respondiendo la pregunta ¿cómo se hace el bizcocho de achira?

“Su fórmula original contempla tres tazas de cuajada fresca (del mismo día), una y media de almidón de achira, mantequilla (que resulta del proceso de deshidratación de la cuajada), cinco yemas de huevo y sal al gusto.
Esta fórmula fue inventada en 1926 por las hermanas María Antonia y Romelia Vargas y aún se mantiene como propia de esta región, aunque cada fábrica le pone su toque secreto.
El asado se hace en hornos que se alimentan de caguanejo, un tipo especial de leña que le da un aroma muy particular al producto.
El bizcocho se asa durante 15 o 20 minutos, luego se saca y se raspa la base. Después se mete nuevamente al horno ya más frío para el tostado (entre 3 y 4 horas).
Lo demás es reserva del sumario, pues cada una de las 34 bizcocherías de Altamira, tienen su sello particular a la hora de preparar el bizcocho de achira” o simplemente las achiras del Huila.

Por ahora, más que hacerlo, me importa degustarlo y comprar muchas bolsitas de este bizcocho del que mi nieta me pidió que le mandara dos mil, hasta su territorio de nieve.

Acerca del autor

Lizardo Carvajal Rodríguez

Escritor colombiano, autor de más de veinte títulos en las áreas de metodología de la investigación, teoría tecnológica, historia y clasificación de la ciencia, poética y teoría solidaria y cooperativa.

Docente universitario en la Universidad Libre y en la Universidad Santiago de Cali, por más de treinta años en áreas relacionadas con métodos de investigación, métodos de exposición, clasificación e historia de la ciencia.

Editor académico y científico de obras de autores universitarios, grupos de investigación e instituciones de nivel superior y de autores independientes en Colombia, a través del proyecto Poemia, su casa editorial, Colombia si tiene quien le escriba y promotor de las mesas de redacción como estrategia de producción de textos.

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