Biblioteca familiar es un tema de muchísimo interés para todo lo relativo a los habitos de lectura, al impulso de la comprension lectora en los miembros de la familia y, claro, al desarrollo de estrategias de lectura en una sociedad cada vez más exigente en el sentido de la necesidad de la información.
Es casi un axioma reconocer que de padres lectores, salen hijo también lectores. Lo contrario también puede ser una verdad reconocida: de padres neoanalfabetas, salen hijos también neoanalfabetas, o sea, personas que saben leer y escribir, pero que no leen ni escriben.
Creo que existe un consenso sobre la importancia de la familia y del hogar como centro de formación y ejercicio de los hábitos de lectura, del impulso de la cultura de la comprensión lectora, de la formación en los diversos tipos de lectura.
Es en la familia en donde inicialmente la disposición al estudio, la familiarización con el libro, se origina.
La biblioteca familiar o la colección de libros familiares, reposa siempre a la espera de que alguien los tome para dialogar con ellos. Así podrá ser en el amanecer del día, cuando el Sol se toma los relojes de la mañana o en el atardecer, cuando el ocaso resiste a las luces del hombre que extienden el día como crepúsculo celeste, alguien colocará sus luces, sus miradas en las páginas de un libro de la biblioteca familiar.
¡Ah, la biblioteca familiar!
Cuántas páginas se extienden como universos de conocimiento.
Ese hábito, esa costumbre, lo puedo afirmar, prácticamente no existe en las familias de mis estudiantes, los entrevistados para el estudio que originó mi libro Hábitos de lectura y escritura, el hábito no hace al monje, pero sí al lector y al escritor, 2015, Cali, Colombia. Las 144 familias que albergan los ideales intelectuales, profesionales de estos jóvenes que juiciosos asisten a mis clases, no disponen de biblioteca familiar. El 98%, 140 familias no poseen una colección de libros, una “biblioteca familiar” que coloreé los muros insensibles del ladrillo hogareño. Solo en 4 familias, según el estudio, existe esa colección que podríamos llamar biblioteca familiar.
Esto, claro, tiene explicaciones de carácter sociológico. Es posible establecer que nuestros estudiantes no provienen, en su mayoría, de familias con antecedentes en profesiones de exigencia literaria en áreas de la ciencia y de la tecnología.
Impulso de la biblioteca familiar
Teniendo en mente un programa basado en la idea de formación de hábitos de lectura es posible impulsar campañas para la formación y desarrollo de la biblioteca familiar. Si hasta la actualidad no existen esos centros de estudio y documentación, es posible que a partir de campañas sí existan. Eso ya sería un gran resultado que podría impulsar el hábito de lectura y de la escritura, entre las familias de nuestros países.
No es una idea fácil, pero es una gran idea: Que se erijan muchas bibliotecas familiares en América Latina, territorio volcánico y apacible.
Interesante tema cuando hoy en día vemos que los acontecimientos del día a día tienen que ver con la fragmentaciòn familiar. La Biblioteca familiar es un poderoso lugar de unidad, diálogos extensos, y apacibles momentos que tiene la familia para desarrollar e intercambiar sus sentimientos, pensamientos, logrando estrechar esos vínculos amorosos y esos hábitos de lectura y escritura que debe tener toda familia. Ah, que rico el coloquio al rededor de un buen libro (de nuestra Biblioteca familiar), discurriendo con esas diferentes maneras de pensar que tenemos en nuestra familia.
Muchas gracias
Benhur, cuán valioso es su comentario, cuán importante para promover ese centro de amor y de cultura: La Biblioteca familiar. Gracias.
Es muy cierto,veridico para mi, las palabras convencen el ejemplo arrasa.
Paula, gracias por su comentario. Me recuerda el dicho de los ingleses: «El ejemplo es terco, los hechos son tercos».
Totalmente de acuerdo. La herencia en mi caso quedó y ahora mi biblioteca es apreciable desde la profesión de fotógrafo, que ayuda a diario en otro concepto importante: la generación de cultura visual.
Ah, claro, esa es la utilidad de la biblioteca. Abrazos, hijo.
Ah, claro, esa es la utilidad de la biblioteca. Abrazos, hijo.